Migrar a la Nube Más Allá de la Promesa del Ahorro
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En más de diez años ayudando a empresas a migrar sus aplicaciones a la nube, he visto cómo la migración cloud se ha convertido en una especie de “gran promesa”, casi una obligación para cualquier organización que quiera modernizarse y competir. Sin embargo, la realidad es mucho más matizada de lo que suelen contar los equipos de ventas y los proveedores de servicios cloud.
El mito del ahorro inmediato permalink
Uno de los argumentos más repetidos por los vendedores es que migrar a la nube generará ahorros automáticos y significativos. Pero, en la práctica, esto no siempre ocurre. De hecho, en muchos casos, las empresas terminan gastando más tras la migración. ¿Por qué sucede esto? Principalmente por dos razones:
- Mala gestión previa de la infraestructura: Muchas empresas, especialmente en Latinoamérica, llegan a la nube con malas prácticas heredadas: infraestructuras sobreaprovisionadas, licencias desactualizadas, aplicaciones obsoletas y bases de datos llenas de históricos innecesarios. Cuando se hace un “lift and shift” (migrar tal cual lo que hay en el data center), todos estos problemas se trasladan a la nube, pero ahora el costo es mucho más visible y, a menudo, mayor.
- Falta de optimización y modernización: Si en tu data center tienes “basura”, migrar a la nube solo traslada esa “basura” a un entorno más caro. El resultado: pagas más por lo mismo, sin aprovechar realmente las ventajas del cloud.
¿Por qué los proveedores no lo dicen? permalink
Los proveedores de nube y muchas consultoras suelen vender el “lift and shift” como la vía rápida y sencilla para migrar. Pero rara vez advierten que migrar sin limpiar, optimizar o modernizar las aplicaciones y datos puede derivar en sobrecostos importantes. No te dicen que sería mejor depurar lo que no sirve antes de migrar, o que modernizar tus aplicaciones puede ahorrarte mucho dinero y dolores de cabeza a futuro.
Además, los modelos de precios de la nube pueden ser complejos y poco transparentes. Los costos ocultos, como las tarifas por transferencia de datos, almacenamiento innecesario o recursos sobredimensionados, suelen aparecer después de la migración, cuando ya es tarde para dar marcha atrás.
Entonces, ¿para qué migrar a la nube? permalink
No quiero desanimar a nadie: la nube es una tecnología poderosa y moderna, y puede traer beneficios económicos, pero estos no son automáticos ni garantizados. Hay otros beneficios que, en muchos casos, pesan más y justifican la migración:
- Tecnología de punta: Acceso a data centers de clase mundial y a la misma infraestructura que usan las grandes empresas globales.
- Seguridad: Protocolos avanzados de protección de datos, actualizaciones automáticas y cumplimiento normativo, especialmente útil en industrias reguladas.
- Escalabilidad y alta disponibilidad: Facilidad para escalar recursos en minutos y mantener aplicaciones siempre disponibles, algo difícil y costoso de lograr en infraestructura tradicional.
- Presencia global: Posibilidad de desplegar servicios en diferentes regiones del mundo, acercando las aplicaciones a los usuarios y mejorando la experiencia.
Como suelo decir, usar la nube es como tener acceso a un Lamborghini: aunque no siempre sea el auto más barato, ofrece capacidades y prestaciones que ningún taller local puede igualar.
Reflexión final permalink
La primera gran verdad de la nube es que no es para todos. Cada empresa debe evaluar si los beneficios de migrar a la nube van más allá de lo económico. Un buen CTO debe ser capaz de demostrar el retorno de inversión considerando no solo la factura mensual, sino también la agilidad, innovación y resiliencia que la nube puede aportar al negocio.
En próximos artículos, seguiré abordando errores comunes de decisión y de implementación en migraciones cloud. Por ahora, mi consejo es claro: antes de migrar, limpia, optimiza y moderniza. Solo así la nube será realmente una palanca de valor, y no una fuente de sobrecostos inesperados.